El otoño tiene su encanto natural, sobre todo cuando miras hacia arriba para no ver el cielo y dices "el otoño está aqui".
Y yo, no amaba tanto el otoño hasta hoy que un pequeño ser caminaba de mi mano, se acercó a un montón de hojas caféamarillentas las tomó con sus la impresión única de un niño de un año y las lanzó al mismo tiempo que lanzaba una de esas sonrisas que me mantuvo iluminada toda la tarde.
Lo fácil que es llenarse de energias para poder seguir adelante en medio de un semestre con solo mirar unos ojitos que solo saben vivir la vida, es otra wea.
(Me quedé con tus ganas de escribir, aun que no lo haya puesto en practica sé que están acá y esa es la simple satisfacción de poder decidir cuando y cómo utilizo tus ganas de escribir.)
Y porque hoy ?, por que tengo unas locas ganas de sonreirle.