Esta vez fue distinto.
Hace once años que vivo en este mundo, crecí en su magia y mística, a tal punto que no me gusta pensar en cuando la vida me desvíe y me lleve lejos de su fuego, de sus palabras desde el corazón, de su sonrisas y lágrimas propias de este estilo de vida: de Ten ten vilú.
Y menos mal, ahora no es momento de pensar en eso.
Hoy es cuando hay que tener sueños y energía para seguir, devolverle la mano al grupo que me vio crecer y continuar con la mistica que es parte de mi hace años.
Es por esto que este campamento fue único, por que lejos de aquel volcán que tanto amo encontre el calor del un hermoso paraje que me acogió y me elevó a los cielos para ser su Kuyén.
Y soy feliz, asi de simple y así de lindo.
Tengo las sonrisas y abrazos de niñas hermosas, sus ojitos con ansias de aprender lo que hace años me enseñaron a mi, sus formas de ver el mundo y comprenderlo que me enseñan cada día algo nuevo. Me recordaron la promesa de ser siempre mejor, por mi, por ellas, por lo que significa ser un agente de cambio en el mundo.
Por que vale la pena, las horas sin sueño, el frío, la lluvia, a cambio de sonrisas, de fogatas, de canciones y de momentos únicos.
Por que ahora es cuando hay que darlo todo, simple.-